El político de extrema derecha Jair Bolsonaro (PSL) ganó el domingo (28), luego de una campaña marcada por una dramática polarización social en el país. Bolsonaro asumirá la presidencia con 55.13% de los votos (57,797,456), contra 44.87% de Fernando Haddad (PT) (47,040,829). Los votos en blanco, nulos y las abstenciones han alcanzado la cantidad récord de más de 42 millones de votantes.
La elección, con muchas contradicciones, demostró la gran insatisfacción de la clase obrera y de la mayoría de la población con los políticos y sus partidos. Pero la falta de perspectiva frente a la crisis económica y la desilusión con los gobiernos del PT y su adaptación a la lógica del sistema podrido, incluida la corrupción, han fortalecido una opción de extrema derecha.
Sin embargo, la lucha contra la elección de Bolsonaro ha movilizado a amplios sectores de trabajadores, estudiantes, sectores oprimidos y democráticos de la sociedad civil, ya que su programa de gobierno representa lo que más daña a la clase trabajadora y al país: de los ataques a las libertades y derechos democráticos; una política económica ultraliberal, como gobierno servil, renunciando a la riqueza y nuestra soberanía con las privatizaciones de todas las empresas estatales; de la falta de respeto a los derechos humanos con discurso contra sectores oprimidos.
Los discursos del nuevo presidente y su equipo poco después del resultado de la elección reafirman las posiciones y medidas que el nuevo gobierno pretende poner en práctica, lo que representa una amenaza para los trabajadores, reformando el sistema de pensiones del país desde el principio en el próximo gobierno.
En una nota para la segunda ronda de la elección, la Secretaría Ejecutiva Nacional de CSP-Conlutas expresó la posición de la Unión Laboral de que era necesario derrotar a Bolsonaro en las urnas y en las calles. Sin importar el gobierno elegido, CSP-Conlutas ya se hizo pasar por una Oposición y pidió intensificar la resistencia, la organización y la lucha contra cualquiera que ataque a los trabajadores.
Reafirmamos nuestra posición. Reiteramos que nos damos cuenta de que nuestra principal arena para derrotar los proyectos dictatoriales y los ataques a los derechos de las personas es la lucha directa, con la independencia de clase y basada en la democracia de los trabajadores.
El resultado electoral polarizado muestra que Bolsonaro no recibió una “carta blanca” de la gran mayoría de los brasileños.
Es por eso que hacemos un llamado a los trabajadores y a los pobres, independientemente del candidato por el que votaron, para asegurar la unidad de nuestra clase y prepararnos para luchar, porque nadie quiere el final de la jubilación, como planean hacerlo o hacer. La crisis peor.
También hacemos un llamado inmediato a las centrales sindicales y los movimientos para crear la unidad más amplia para construir acciones contra los ataques a nuestros derechos y en defensa de las libertades democráticas.
La pelea apenas comienza. ¡Es tiempo de resistencia, organización y lucha!
Secretaria Ejecutiva Nacional de CSP-Conlutas.
São Paulo, 29 de octubre de 2018